En Alhaja todas las perlas son cultivadas, de ahí su forma tan especial y que no haya una igual que otra. Su componente natural hace que difieran en forma y tamaño, haciendo cada pieza única y natural.
Una perla natural se crea porque un objeto extraño (un parásito o una partícula) entra en el cuerpo de la ostra. Esta propia ostra para aliviar la molestia ocasionada segrega una sustancia cristalina (nácar) alrededor del objeto; es como una manera de protegerse. Este proceso puede tardar años y se produce de forma casual.
Fuente "dperlas.com"
La diferencia entre una perla cultivada y una perla natural es que la cultivada se forma por intervención del hombre. Es decir, es una persona la que inserta el objeto que provoca que la ostra genere el nácar que forma la perla. Hoy en día casi todas las perlas naturales del mercado son cultivadas y pueden distinguirse a través de rayos X.
Las perlas cultivadas pueden producirse en granjas de agua dulce o salada, y esto no es un indicador de calidad, ya que hay perlas de río de mejor calidad que perlas de cultivo en mar abierto. Lo que si puede ser un indicador de calidad son las mareas, la temperatura y en general la calidad del agua.
Aunque hay estudios que confirman que el cultivo de perlas ya era usado por Chinos y Árabes en el siglo XIII no es hasta 1986 cuando el japonés Kokichi Mikimoto desarrolla la primera patente de perlas cultivadas.
Para conservar correctamente tus perlas naturales o cultivadas, no te maquilles con ellas y no uses lacas u otros productos para el pelo cuando las lleves. Por supuesto intenta evitar mojarlas en general.
Si tienen alguna mancha puedes frotarlas con un pañito, puedes usar un jabón suave si estuvieran muy sucias, y guárdalas siempre en tu bolsita de tela de Alhaja, sin juntarlas con otras joyas y así evitarás que se rayen.